La prevención es el arma más eficaz para mantener la boca sana: buenos hábitos alimenticios y de higiene, así como visitas periódicas al dentista.
¿Cómo mejorar los hábitos alimenticios?
1-Consumir una dieta variada y equilibrada que asegure que no se producen déficits, fundamentalmente durante la infancia, de los nutrientes necesarios para la formación de huesos y dientes (minerales como el calcio, fósforo, flúor, hierro y yodo; y vitaminas A, D y C).
2-Ingerir alimentos ricos en flúor como pescados azules, mariscos, té, verduras, cereales integrales, legumbres, cebollas, etc., y aquellos ricos en fibra y que requieren una larga masticación y arrastran restos (aunque no sustituyen el cepillado, como las manzanas).
3-Limitar el consumo de alimentos potencialmente cariogénicos (capaces de producir o inducir la producción de caries), sobre todo entre horas: frutos secos dulces (dátiles); chocolates; bollería y galletas; patatas y cereales; zumos; bebidas gaseosas y azucaradas; miel, y todas las formas de azúcar.
4-Favorecer el consumo de alimentos anticariogénicos, que disminuyen la acidez de la saliva: quesos tipo gouda, suizo o envejecidos tipo cheddar; frutos secos tipo almendras, avellanas o nueces; verduras como el apio o el brócoli; chicles con xilitol.
Claves para la higiene bucodental
El objetivo es la eliminación y control de la placa dental y la protección y fortalecimiento del esmalte con medios mecánicos y químicos.
1-Medios mecánicos: eliminan la placa por arrastre o fricción. El más sencillo y eficaz es el cepillo de dientes. Es importante que se adapte en tamaño y dureza a las características del individuo, y con mayor motivo si se trata de un niño. Como complemento tenemos el hilo dental, los cepillos interproximales y los irrigadores: eliminan placa en los espacios interdentales, son especialmente importantes en pacientes con ortodoncias, prótesis e implantes, y los irrigadores proyectan un chorro de agua que remueve con eficacia los restos de comida y además masajean las encías.
2-Medios químicos: son los dentífricos y colutorios. Productos fluorados y con ingredientes que favorecen la eliminación de bacterias que se depositan en la placa. Cepillar los dientes, como poco dos veces al día, durante un mínimo de 2 minutos, con un dentífrico adecuado y enjuagarse con un colutorio adaptado a nuestras necesidades constituyen el mejor método de prevención.
Consejos generales para una buena salud bucodental
1-Acudir al dentista al menos una vez al año.
2-Cepillar los dientes, las encías y la lengua después de cada comida, al menos durante 2 minutos. Especialmente antes de dormir.
3-Utilizar un cepillo de filamentos firmes y suaves, una pasta con flúor y, cuando sea conveniente, un colutorio adecuado a nuestras necesidades.
4-EL hilo dental es mejor usarlo por la noche.
5-Utilizar el irrigador para realizar una limpieza más completa.
6-Cambiar el cepillo cada 3 meses.
7-Alimentarnos de forma variada y equilibrada.
8-No fumar, no beber alcohol y no abusar de bebidas carbonatadas ni de caramelos azucarados.
9-En las ocasiones en las que el cepillado después de una comida no es posible, es aconsejable recurrir a los chicles con xilitol y sin azúcar.